Saturday, March 15, 2014

MONUMENTO A LAS VICTIMAS DEL MAINE


MONUMENTO A LAS VICTIMAS DEL MAINE
(Publicado por D. Jácome)

En la publicación anterior les comenté que, la noche del 15 de febrero de 1898, una explosión en el puerto de La Habana provocó el hundiendo el USS “Maine”, del que solo quedaron visibles el mástil y algunos escombros. El acorazado había arribado a La Habana tres semanas antes de su estallido por solicitud del cónsul norteamericano Fitzhugh Lee.

Como el tema les ha interesado y he recibido muchos comentarios interesantes – e inteligentes- pues continúo con el “Maine”, ya que todos conocemos la existencia del monumento en el Malecón de La Habana, pero realmente poco conocemos sobre su historia.

No es hasta el 6 de diciembre de 1913 que se realiza el primer trámite oficial para su construccion, cuando el presidente cubano, General Mario García Menocal, firma un decreto para erigir el monumento dedicado a las víctimas del “Maine”. Se realiza un concurso para seleccionar el mejor proyecto y es otorgado a Félix Cabarrocas Ayala (1887 -1961), reconocido arquitecto cubano. En esta obra trabajó en conjunto con el escultor español Moisés Huerta. De Cabarrocas queda pendiente una publicación…

El 21 de Febrero de 1924 el presidente Alfredo Zayas ordenó el comienzo de la obra, que finalmente fue construida por el presidente Gerardo Machado, siendo Secretario de Obras Públicas Carlos Miguel de Céspedes.

Veintisiete años después de la fatídica fecha, se develó el monumento homenaje a los 266 marinos que fallecieron esa noche, lo cual fue considerado, por algunos sectores, como un tributo a la duradera amistad entre Cuba y Estados Unidos y un agradecimiento a Washington por su ayuda para acabar con el yugo colonial español.

El monumento al Maine fue inaugurado en 1925 y tiene inscriptos los nombres de los 266 marinos muertos. Consiste en dos columnas que se erigen una junto a la otra, con una base que representa la ayuda de Estados Unidos al movimiento independentista de Cuba e incorpora varias reliquias del buque hundido.

Además tenía tres bustos de políticos estadounidenses: William McKinley, a quien correspondió declarar la guerra a España; Leonard Wood, primer interventor en la Isla, y Theodore Roosevelt, el presidente.

Coronaba su cúpula un águila americana que tenía sus alas extendidas en forma vertical, lo que provocó que el ciclón que arrasó La Habana el 20 de octubre de 1926, estrepitara contra el suelo el águila, partiéndosele las dos alas, y derribara las dos altas columnas donde posaba. El monumento fue reconstruido y reinaugurado el 10 de octubre de 1928. Se colocó una nueva águila que tenía las alas horizontales con un diseño aerodinámico que le permitiría soportar sin consecuencias las inclemencias del tiempo. También se ejecutó la remodelación de toda el área, tal como la conocemos actualmente.

El 18 de enero de 1961, bajo la presidencia de Osvaldo Dorticós Torrado, se decide retirar esta águila, así como las estatuas de los políticos estadounidenses, quedándose en su estado actual. Y se incorporó la siguiente leyenda: “A las víctimas de El Maine que fueron sacrificadas por la voracidad imperialista en su afán de apoderarse de la isla de Cuba”.

En esta ocasión, cuando la segunda águila se estrelló contra el piso en 1961, un asesor de la misión que representaba los intereses norteamericanos en Cuba rescató la cabeza del águila, la cual permanece actualmente en la Sección de Intereses de EE.UU. en la capital cubana. Y al parecer hoy ésta preside el bar de dicha Sección de Intereses en La Habana.

Entre otros restos del acorazado “Maine” rescatados de la bahía, el mástil de popa está localizado en la Academia Naval de los Estados Unidos en Annapolis, Maryland y su mástil de proa en el Cementerio Nacional de Arlington (al norte de Virginia), lo cual ha dado lugar a una tradicional broma entre los cadetes, según la cual el “Maine”, era el "barco más largo de la Armada"… la proa en Arlington y la popa en Maryland..

Algo curioso y quizás aún menos conocido fue el hecho de que Carlos López, un joven pescador cubano, pocas horas después de la explosión encontró la bandera del “Maine” flotando en las aguas de la bahía y la entregó a las autoridades de EE UU. Durante un siglo su familia y amigos guardaron una emotiva carta de agradecimiento que Fitzhugh Lee, Cónsul General de los Estados Unidos de América, enviara a la casa del humilde pescador, en calle Rosa, esquina a Santa Rita, poblado de Regla, en La Habana. En el 2000 la carta fue entregada a Eusebio Leal, historiador de la ciudad. Me imagino pueda ser vista en el Museo de la ciudad, donde también se encuentra el águila de las alas verticales destruida por el ciclón de 1926.

Una vez más, nuestra historia se vincula a Cayo Hueso, pues el acorazado “Maine” y sus marineros estuvieron más de un año radicados en dicho lugar, hasta que el Presidente William McKinley les ordenara viajar a Cuba para demostrar el poderío naval de EE.UU.

Muchos de los sobrevivientes a la explosión sufrieron dolorosas quemaduras y fueron trasladados a Cayo Hueso para ser atendidos en el convento de la “Inmaculada María”. Algunos muertos también fueron devueltos a Cayo Hueso y enterrados en su cementerio. Allí están sus lápidas que recuerdan este hecho.

Hay otros monumentos y memoriales al “Maine” en la ciudades de New York, Arlington, Ohio, Maine, New Jersey…

CUBA EN LA MEMORIA 16.11.2013


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