Saturday, March 15, 2014

HOTEL HABANA LIBRE (ANTIGUO HABANA HILTON)



Publicado por D. Jácome

Ya que he comentado sobre algunas construcciones ubicadas en una de las manzanas de la intersección de las calles L y 23, y he hecho referencias sobre el Hotel Habana Libre, pues no me voy de la zona sin hacerle una publicación. La merece.

El “Hotel Habana Libre”, el más alto y visible de la ciudad de La Habana, fue construido como “Hotel Habana Hilton”. Fue proyectado por la firma norteamericana “Welton Beckett and Ass”. Los directores facultativos de la obra fueron el arquitecto Nicolás Arroyo y su esposa la arquitecta Gabriela Menéndez. Esta edificación fue construida por obreros contratados a través de la Caja de Retiro Gastronómico y dirigida por la “Frederick Snare Corporation”.

Con los fondos de la caja del “retiro de los trabajadores gastronómicos”, se compraron en marzo de 1953 los primeros terrenos en las manzanas que encierran las calles L, M, 23 y 25, para la construcción de este hotel. En esa fecha se informó que costaría 7 millones de pesos. Dos años más tarde el estimado del costo de la obra se elevó a 21 millones, justo tres veces el valor declarado inicialmente, inaugurándose el 19 de marzo de 1958.

La estructura en general es de hormigón armado, losas, vigas, columnas con ábacos y capiteles, todas fundidas en el lugar. La altura total de la edificación es de 126 metros sobre el terreno y un total de 88 mil metros cuadrados de fabricación.

Consta de dos niveles de garaje en los sótanos, piso principal, con un gran lobby, recepción y administración. Sobre el gran mezzanine, una torre de 21 plantas típicas con habitaciones, que configuran un bloque que todos reconocemos como imagen de este hotel.

Con 630 habitaciones y 42 suites, tres bares, un salón para bar y cocktail, tres cocinas, una cafetería, dos comedores públicos, cinco comedores privados, y cafetería con salón de descanso para mil personas.

La piscina, con una capacidad de 530 m3, tenía en el centro un elevador para shows acuáticos y equipos para filtrar y recircular el agua. Alrededor de la piscina había 33 cabañas, bares y terrazas. Además un casino con capacidad para 500 personas.

Tiene este gran hotel cinco elevadores para los huéspedes, dos más de carga y otro para los bañistas. La instalación poseía una planta eléctrica con cuatro generadores diesel de mil Kw. y una capacidad de 1,500 toneladas de refrigeración, para dar aire acondicionado a todo el edificio. Se abastecía de pozos propios de agua con dos turbinas que proporcionaban 160 m3 de agua por hora y con una cisterna con 3,028 m3.

Cuenta además con enfermería para hombres y mujeres, tintorería, lavandería, panadería, carpintería, taller de tapizar y un total de 6 mil 325 m de locales para arrendar.

Su inauguración fue la tarde del miércoles 19 de Marzo de 1958. A la llegada de los invitados, en lujosos automóviles, eran recibidos por altos porteros engalanados con un impresionante vestuario: cascos terminados en plumas sugestivas, lazos elegantes al cuello, banda de tela enrolladas a la cintura y lustrosos zapatos, todo llevado por jóvenes escogidos por su distinguido porte, ya que no requerían de ningún esfuerzo especial para cumplir sus funciones, solo dar una impresionante majestuosidad a los visitantes.

Se preparó un grandioso banquete con los más exquisitos manjares y exóticos licores, en cuya confección tomaron parte técnicos cubanos especializados en gastronomía. Armando Peña, Matías, y otros, hicieron gala de sus conocimientos en ese preciado arte. Asistió una selecta concurrencia, entre los que se encontraban: Martha Fernández de Batista, esposa del Presidente de la República; José Suárez Rivas, Ministro del Trabajo; Eusebio Mujal Barniol, Francisco Aguirre Vidaurreta y otras personalidades vinculadas al gobierno, así como visitantes extranjeros y personajes de la alta burguesía cubana.

El Hotel Habana Hilton, abrió sus puertas honrado también con la presencia del magnate Conrad Hilton. Era el hotel más alto y más grande de América Latina.

En el pequeño período que operó con la compañía norteamericana Hilton, fue administrador José A. Menéndez, esposo de la hija de Conrad N. Hilton y a la vez su ahijado y protegido. La diversidad de los trabajadores que poseía: cocineros, dependientes de restaurantes, fuente de soda, camareros, cantineros, carpinteros y otros, estaban agrupados de acuerdo a su especialidad; esta división permitiría una mayor explotación de este sector gastronómico.

Los futuros empleados fueron sometidos a cuatro meses de prueba para dejarlos en plantilla y por supuesto, para los merecidos ascensos, todo lo cual fue publicado en la “Revista Ambiente”.

No hay duda que este hotel es una pequeña ciudad, dentro de la ciudad, ya que puede funcionar de forma independiente sin utilizar los recursos o servicios públicos de la misma. Una verdadera joya y un símbolo de nuestra capital.

CUBA EN LA MEMORIA 17/01/2014

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