Saturday, March 15, 2014

MARCIANOS EN LA HABANA – Diciembre de 1957


(Publicado por D. Jácome)

En diciembre del año 1957 en la Avenida de Rancho Boyeros y Vía Blanca, en los terrenos donde se construía la Ciudad Deportiva, apareció un extraño objeto que parecía ser un disco volador. En esta época eran frecuentes las noticias donde se aseguraba haberlos visto sobrevolar algunos lugares del mundo, pero ninguno había descendido a tierra. Y estaba sucediendo por primera vez, otra primicia nuestra, en La Habana.

La curiosidad hizo que en pocas horas llegaran hombres, mujeres y niños de todas partes de la ciudad. Poco después ya estaba obstruido el tráfico y los chóferes y pasajeros abandonaban los vehículos en que viajaban y se unían a los curiosos que, a prudencial distancia, miraban el curioso artefacto que en apariencias era sin duda un platillo volador. La noticia corrió de boca en boca y causó pánico, gritos y plegarias al cielo suplicando el amparo divino. Ese mismo mes, se había estrenado con gran éxito la película “El día que paralizaron la Tierra” y todo el que la había visto estaba aterrado…

De inmediato la radio trasmitió la noticia de “la llegada de un artefacto marciano” y, como es de suponer, esto atrajo a muchos más curiosos, lo que abarrotó el lugar de una multitud que no dejó de emitir exclamaciones cuando escuchaban los extraños ruidos que emitía la nave. Llegaron reporteros, fotógrafos y camarógrafos de los distintos medios de comunicación y también decenas de vendedores que aprovecharon la oportunidad...

La nave era como un plato aparentemente metálico, de unos doce metros de diámetro y cuatro de altura. Alrededor de su circunferencia se destacaban seis pequeñas escotillas donde resplandecían unas luces intermitentes. Coronaba el aparato una cabina transparente del cual emergía un periscopio que oteaba el horizonte.

El Ministro de Gobernación, Ramón Hermida, ordenó a la policía actuar y se unieron también algunos miembros del ejército y la marina. A las diez de la mañana más de setenta uniformados armados de ametralladoras y fusiles rodearon el artefacto. Los bomberos apoyaban la acción con su famosa bomba “Cuba” y un carro escalera. De inmediato rodearon la zona. Los bomberos se alistaron para sofocar cualquier incendio extraterrestre.

Pero ninguno se atrevía a acercarse al objeto y cuando lo intentaban desde su interior salían chorros de humo y sonidos extraños, estridentes y agudos que les hacía renunciar al intento. La policía prefería esperar por los tanques de Columbia y los soldados exigían a los policías que actuaran. Pero nadie daba el primer paso. La policía intentó “comunicarse” con los ocupantes de la nave pero la situación era muy tensa pues se temía a un enfrentamiento con un “armamento desconocido” lo que ocasionaría una masacre sin precedentes.

A las once de la mañana, por orden del Ministro, se efectuó el asalto. La tensión del público aumentó, los agentes del orden avanzaron cautelosamente y rodearon el aparato. No encontraron ninguna puerta y subieron al techo. Cuando ya iban a romper la cabina, comenzó a escucharse una música muy conocida y contagiosa acompañada de unas voces que cantaban: Los marcianos llegaron ya/ y llegaron bailando cha cha chá/ ricachá, ricachá, ricachá/ así llaman en Marte al cha cha chá/…

Joaquín M. Condall, director del programa "Mi esposo favorito" del Canal 4, que estaba ubicado a unos 200 metros con un equipo de control remoto, había ordenado abrir la portezuela superior de la "nave", plateada y brillante.

De su interior comenzaron a salir "los marcianos", que eran nuestra primerísima vedette Rosita Fornés y su esposo Armando Bianchi; el gordo Rogelio Hernández, Herminia de la Fuente y la escultural Marta Véliz, conocida como "la Meneíto", por sus bailes como modelo de la cerveza Cristal, patrocinadora de aquella broma. Vestidos con ropas inspiradas en personajes de ciencia-ficción, capas, extraños cascos y “armados” con ametralladoras de juguete de vistosos colores.

Ante la sorpresa de la multitud los agentes del Servicio de Inteligencia Militar, el SIM, arremetieron contra estos artistas y se los llevaron detenidos. Rosita Fornés les decía: ..”¡No somos delincuentes, caballeros!”, pero no sirvió de nada y fueron conducidos a hasta las “perseguidoras” y trasladados a las oficinas de la Policía Secreta situada en la calle Reina, donde fueron retenidos e instruidos de cargos.

Solo logró sacarlos de allí, ya en la noche, Julio Blanco Herrera, el dueño de la cervecería Cristal.

Joaquín M. Codall había presentado este proyecto a los directivos del Canal 4 y a la Compañía La Tropical, fabricante de la cerveza Cristal. La idea gustó y fue aprobaba. El aparato se diseñó y construyó en los talleres de escenografia del Canal 4. Ingenieros de sonido crearon ruidos , músicas extrañas y un sistema para que un técnico pudiera manipular la ambientación sonora y las luces dentro del disco.
El tema musical del espectáculo fue el cha- cha-cha de Rosendo Ruiz “Los Marcianos llegaron ya”. Pero se olvidaron de informarlo a las autoridades y esto complicó sus planes.

No obstante, se popularizó el cha cha chá “Los Marcianos”, se incrementaron las ventas de la cerveza Cristal y también la tele audiencia del programa “Mi esposo favorito”. Y esta inocentada cubana, sin dudas, debe figurar entre las mejores del mundo… Todo ocurrió un 28 de Diciembre de 1957.


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