Saturday, March 29, 2014

Hace cuatro siglos un samurái en Cuba

 Hasekura Tsunenaga, primer japonés que visitó Cuba
Hasekura Tsunenaga, primer
japonés
que visitó Cuba


Hace 400 años arribó a Cuba un hombre de ojos rasgados, procedente de un lugar lejano, impreciso entre la realidad de grandes ríos y montañas y la ficción de sus leyendas. Era el samurái Hasekura Tsunenaga, primer japonés que visitó la Isla, a través del cual comenzaban los vínculos de amistad entre ambos países.
Para celebrar la ocasión, el Museo Nacional de Bellas Artes y la Embajada de Japón en La Habana, concibieron una exposición de 29 grabados nipones, que quedó inaugurada este viernes en el edificio de Arte Universal, donde permanecerá hasta el próximo 27 de abril.
La curadora de la exposición, Teresa Toranzo, señaló que fue difícil la selección entre ciento treinta y cinco xilografías ukiyo-e pertenecientes a la colección de Arte Asiático del Museo Nacional, “pero a través de esta exhibición, el público podrá apreciar la representación particular del samurái, su vestimenta típica y significación en la cultura y la política”.
Teresa Toranzo curadora de la exposición
Teresa Toranzo curadora de la exposición
Explicó que el ukiyo-e o “pinturas del mundo flotante”, es un género de grabados producidos en Japón entre los siglos XVII y XIX, cuyo tema principal era la vida cotidiana de la ciudad, particularmente actividades y escenas de lugares de entretenimiento.
A pesar de que este tipo de trabajos no se realizan en la actualidad, se han convertido en una influencia para el arte contemporáneo, sirviendo de inspiración al manga y al anime japonés, e incluso a pintores cubanos como Nelson Domínguez, Carlos Quintana y Abel Barroso.
Una de las piezas más antiguas de la colección de ukiyo del Museo Nacional de Bellas  Artes. Autor Katsukawa Shunsho
Una de las piezas más antiguas de
la colección
 de ukiyo del Museo Nacional de Bellas Artes.
 Autor Katsukawa Shunsho
El Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Japón en Cuba, Hiroshi Sato, significó durante la inauguración que “Cuando Hasekura Tsunenaga pisó tierra cubana en julio de 1614, procedente de Nueva España, actual México, y en camino a Roma como la primera misión diplomática en busca de una nueva ruta comercial, lejos estaba la posibilidad de imaginar que su nombre quedaría para la historia como el primer embajador japonés en la mayor isla del Caribe”.
Expresó además que aunque ya no se ven samuráis ni espadachines por las calles de Japón, sus costumbres han quedado en el espíritu del país del Sol Naciente, donde aún el sentido de la lealtad, del deber y el respeto a los mayores son primordiales.
Cuatro siglos después, resulta inevitable pensar cuán lejos estaba Hasekura Tsunenaga de imaginar que en el año 2014 se le rendiría homenaje en la mayor institución museal cubana, con una interesante muestra plástica de su país; sin dudas una llamativa propuesta para los amantes del arte asiático.
 Por Elcira Martínez Adán  

fuente ONCUBA http://www.oncubamagazine.com/cultura/hace-cuatro-siglos-un-samurai-en-cuba/

Friday, March 28, 2014

Claves para aprovechar al máximo la luz natural


La luz del sol permite realizar las tareas diarias con mayor facilidad, hace los espacios más amplios, atractivos y vitales, sin tener que gastar energía. Potenciar la luz natural dentro de la vivienda es mucho más fácil de lo que parece…
 Foto: Velux











Los elementos estructurales y la distribución

Iluminar con luz natural los espacios interiores mediante la instalación de claraboyas o mediante cables de fibra óptica es sencillo si se dispone de presupuesto para ello. Si, por el contrario, las obras no son una opción, se puede intentar integrar estancias con poca luz en otras más luminosas mediante la eliminación de tabiques de manera total o parcial. De esta forma, por ejemplo, una cocina oscura puede llegar a formar parte de un comedor con mucha luz, compartiendo iluminación natural.

Una forma de aprovechar la luz solar es destinar las zonas del hogar con más iluminación natural a aquellas tareas que necesiten más luz como coser, estudiar… Aunque, a la hora de distribuir los diferentes espacios, se debe tener cuidado con los reflejos o destellos directos que la luz pueda producir en superficies como pantallas de televisión u ordenadores.
 Foto: Alvhem
Aprovechar al máximo la luz solar pasa por evitar que cualquier mueble interrumpa el paso de la luz natural. Lo ideal es optar por muebles bajos, ya que dan amplitud al espacio y permiten una mejor distribución de la luz. Si son altos, lo ideal es que estén pegados a las paredes, nunca delante de ventanas o cristaleras. Por su parte, las estanterías sin fondo absorben menos luz, haciendo más luminosa la estancia.

Las puertas opacas de madera absorben gran cantidad de luz en el espacio. Sustituirlas por otras de cristal (o con cristal), posibilita que la luz del sol rebote y fluya de una estancia a otra. Si, además, son correderas, se evita cortar el paso de la luz y crear recovecos oscuros al abrirlas. Otra opción, son las puertas blancas o de maderas claras, que ayudan a ganar luminosidad sin renunciar a la intimidad.

Las ventanas altas generan una iluminación mucho más uniforme, pero no todo el mundo dispone de ellas. Sin embargo, otra opción mucho más económica es pintar los marcos de blanco o tonos claros. Además, si son del mismo color que las paredes, los exteriores ganarán protagonismo, creando una estancia mucho más luminosa. En ocasiones, un cambio de cristales también puede ayudar a ganar luminosidad.
 Foto: Ikea
Los colores: revestimientos, muebles, textiles y complementos

El blanco, los tonos neutros y los amarillos generan estancias mucho más luminosas. Lo mismo sucede con los tonos suaves y pasteles, que otorgan claridad y sensación de amplitud al espacio. Optar por techos de blancos o de colores más claros que los de las paredes aportará sensación de altura y una imagen espaciosa y luminosa. Por su parte, los suelos claros y brillantes también reflejan más y mejor la luz. Cerámicas blancas o beiges, mármol claro, parqué en tonos haya y otras maderas con poca veta, resultan perfectos para lograr este objetivo. Si se tienen suelos oscuros, es preferible colocar alfombras blancas y de otros tonos luminosos, y materiales naturales, que den luz a la estancia.

A la hora de elegir mobiliario, es preferible decantarse por aquellas piezas de colores como el blanco o las maderas claras, que aportan sensación de ligereza, amplitud y luminosidad a la estancia. Los acabados lacados o brillantes y materiales como el aluminio o el cristal proporcionan reflejos que ayudan a multiplicar la luz por el espacio.
 Foto: Alvhem
Tejidos como la gasa, el lino o la organza permiten el paso de la luz sin perder intimidad. Y es que los textiles ideales a la hora de lograr una mayor iluminación natural son aquellos más livianos, de telas claras y poco tupidas. Es importante evitar los grandes estampados, ya que generan estancias más oscuras.

Colocar elementos decorativos en colores claros genera sensación de continuidad y más luminosidad. Pero también, optar por complementos que aporten un toque de color a la estancia, darán protagonismo a la luz dentro del espacio. Si estos, además, están realizados en cristal, lacados o metal ayudan a generar reflejos y a propagar la luz por la estancia. Las plantas con pequeñas hojas verdes, los ramos de flores y los cuadros y fotografías de colores claros también nos ayudan a lograr una vivienda más luminosa.

Los espejos aportan una gran carga decorativa a la estancia y resultan imprescindibles a la hora de multiplicar la luz por el espacio. Colocados frente al paso de la luz solar, la expanden por todo el espacio, iluminando hasta los rincones más oscuros.
fuente Redacción hogar.fotocasa, 27/03/2014

Tuesday, March 25, 2014

LA VICTROLA

LA VICTROLA
(Publicado por D. Jácome)


Algunos le llamaban vitrola, sin C, lo que era un error, porque la palabra procedía de la firma “R.C.A. Víctor”, y por tanto es VIC… pero en “El pequeño Larousse ilustrado”, publicado en el 2004, ya aparece: Vitrola: En América, gramófono. Asi que ya la podemos llamar como se nos antoje y estar en lo correcto.

Pero no es este posible debate la razón fundamental de esta publicación, sino su presencia indiscutible, para muchos, en sus recuerdos y la importancia que tuvieron como promotoras de muchos de nuestros mejores cantantes, que a ella debieron su popularidad.

Alrededor de 1905, la R.C.A. Victor, (discográfica fundada en 1901 y que actualmente está fusionada con “Sony Music Entertainment”) comenzó a experimentar la idea de hacer más aceptables los gramófonos, de hacerlos parecer más una pieza de mobiliario en lugar de una pieza de maquinaria. La solución fue cambiar de lugar la trompeta amplificadora y plegarla dentro de un gabinete alto, con tapa en la parte superior y puertas en el frente, que además de ocultar la trompeta, servían como control de volumen. La idea fue rápidamente patentada y nombrada “victrola”.

No fue hasta 1910 y, sobre todo, después del fin de la I Guerra Mundial, cuando la música cubana logra una gran difusión gracias a la presencia de las firmas norteamericanas Víctor Talking Machine Co., que desde 1904 se hacía representar en Cuba por la casa “Humara y Lastra”, de la calle Muralla, y la “Columbia Phonograph Record Co.”, representada, desde 1908, por los Hermanos Giralt.

Durante un tiempo los cantantes cubanos, fichados por los representantes de casas disqueras norteamericanas, debieron ir a grabar a Nueva York o New Jersey, hasta que la “Víctor” empezó a enviar equipos de grabadores a Cuba dos veces al año. Esa casa disquera perdió su hegemonía alrededor de 1950, cuando firmas cubanas empezaron a hacerle una competencia de peso. Las victrolas también demandaban nuestra música y muchos emprendedores no se demoraron en producirla.

El término “victrola” se convertiría popularmente en genérico para referirse a cualquier tipo de gramófono y de cualquier marca. Pero les comentaré específicamente de las que proliferaban en muchos bares y cafeterías de nuestra isla y que funcionaban al introducir una moneda de cinco centavos – un medio -en la ranura que existía al efecto, y al presionar después la tecla junto al nombre del número musical, se podía disfrutar, para el deleite de todos, la música seleccionada.

En inglés, hace más de cincuenta años, era: “juke box”. ¿Algunos recuerdan la canción de los Cinco Latinos? De “juke”, establecimiento pequeño, donde se tomaba refrescos o bebidas alcohólicas, en cafeterías y en bares, donde se escuchaba la música de esa caja, “box”, reproductora.
Pronto se extendió el invento por los establecimientos comerciales de toda la isla y ya en la década de los años 40, y tal vez desde finales de la precedente, desempeñó un importante papel en la difusión y comercialización de la música popular. Prodigaba, a toda hora, la guaracha de moda o el bolero más quejumbroso. Ya en 1954 había unas 10 000 victrolas en la Isla, y en 1959 el doble de esa cifra, aunque sus operadores tenían declaradas solo 8 000 a fin de burlar los derechos de autores e intérpretes.

Lo cierto es que la victrola constituyó un símbolo de cultura popular y una de sus más significativas vías de expresión. Para tener una idea de su relevancia, baste con decir que dichos artefactos obraron como decisivos voceros de la música popular, manifestación que posee un peso gigantesco dentro del espectro cultural cubano.

La victrola desempeñaba un papel importante, pues ponía en evidencia a los cantantes de mayor pegada. Podían cantar mejor o peor, pero si sus canciones recaudaban, los que controlaban el negocio tomaban en cuenta sus nombres y esa preferencia decidía la grabación discográfica. Y la televisión difundía al cantante ya popular para hacerlo aún más popular.

Desde 1944 había surgido el sello cubano “Panart”, que diez años después producía medio millón de discos anuales y exportaba el 20 por ciento de estos. En 1952 se funda el sello “Puchito”, y a partir del año siguiente la casa disquera “Montilla Internacional” logra un amplio catálogo de zarzuelas cubanas. Surgen también los sellos “Gema”, de los hermanos Álvarez Guedes, y “Rosell Récord”, de Rosendo Rosell, y, entre otros más “Discuba”, “Kubaney”, “Velvet” y “Maipe”. Como esta industria ya para esta fecha estaba totalmente en manos cubanas, las victrolas absorbían cada año cerca de tres millones de discos de producción nacional.

A través de sus grabaciones, estas casas disqueras lograron éxitos indiscutible que hoy son gloria de nuestra música como: “Amor fugaz” (Benny Moré), “Los aretes de la luna” (Vicentico Valdés), “Imágenes” (Frank Domínguez), “En la imaginación” y “Deja que siga solo” (Marta Valdés), o “Son cosas que pasan” (Ela O’Farrill).

Muchos son los artistas que lograron una popularidad arrolladora en corto tiempo, como Blanca Rosa Gil, que alternaba en el Ali Bar con estrellas como Benny Moré, René Cabell y Fernando Álvarez. Lo mismo ocurrió con Ñico Membiela, prácticamente desconocido, pese a sus años en la música, y que se convirtió en un suceso victrolero sin precedentes. Todos se hicieron popularísimos gracias a la victrola.

Si hay un tipo de música que podemos relacionar sin dudas a la victrola es el bolero. El llamado “bolero de victrola” era el que se escuchaba en bodegas, bodegones e incluso en bares de mala muerte junto a una cerveza, ya fuese celebrando un nuevo amor o sufriendo un desengaño… pero siempre con música. Así somos..

Algunos de estos primitivos aparatos musicales fueron tan bien construidos que han sobrevivido el paso del tiempo hasta nuestros días en manos de los museos o coleccionistas. Y muchas de ellas aún funcionan, especialmente en ambientes retro o zonas en donde las tecnologías actuales todavía no han proliferado. Otras muchas terminaron oxidadas y destruidas por el tiempo o la indolencia, pero los boleros que estas máquinas amplificaron han llegado hasta nuestros días.

El desarrollo tecnológico de los equipos reproductores de música ha hecho que el modo de escucharla haya cambiado mucho, también han cambiado las estéticas, los estilos de vida, las modas, los giros del lenguaje y nuestras propias vidas. Hoy cada cual, de forma individual, escucha la música que quiere e incluso la lleva consigo a donde vaya, pero la victrola tenía un encanto muy especial, hacía posible que compartiéramos socialmente, en grupo, una misma melodía.

CUBA EN LA MEMORIA 25/03/2014



Tuesday, March 18, 2014

PUENTES DEL VEDADO A MIRAMAR


(Publicado por D. Jácome)


La Quinta Avenida es una de las arterias principales del municipio de Playa, en La Habana.- Se extiende desde la “Fuente de las Américas”, inaugurada en 1924 y diseñada por el arquitecto George H. Duncan que se encuentra en la misma entrada de la importante avenida, hasta el río Santa Ana, en la localidad de Santa Fe. Su trazado resultó decisivo para el fomento de los repartos Miramar, Playa de Marianao, y Country Club. Posteriormente del Biltmore y el Nuevo Biltmore, actualmente los repartos Siboney y Atabey.

En el segmento nordeste del término de Marianao estaban los terrenos de “La Miranda”, un potrero de unas 145 hectáreas donde el ganado pastaba a la brisa con olor del mar. En 1911, Manuel José Morales, dueño de esos terrenos, aledaños a la costa, solicitó una licencia de urbanización al Ayuntamiento. Morales lo había arrendado en 1901 a los herederos del Conde Ibáñez por 600 pesos anuales.

En 1916 comenzó a concretarse el trazado de sus calles y las facilidades urbanísticas de los terrenos, nueva propiedad de don José López Rodríguez conocido como “Pote”, uno de los personajes más polémicos del momento. Entre otros asuntos, se comentaba que se había apropiado de dinero manipulando capital de personas ligadas a los negocios azucareros.

“Pote”, en sociedad con Ramón González Mendoza, impulsó la expansión de Miramar, reparto que los habaneros coincidieron en rebautizar, en sus inicios, como “Nuevo Vedado”. En 1918, en el clímax de la “danza de los millones” producida por el auge del azúcar de caña durante la Primera Guerra Mundial, las residencias palaciegas comenzaron a proliferar. Desde entonces el nombre de Miramar comenzó a mencionarse.

En el diseño de la importante vía intervino el arquitecto norteamericano John F. Duncan, autor del monumento al presidente Grant en Estados Unidos, junto al arquitecto cubano Leonardo Morales, graduado en la Universidad de Columbia. Por eso se dice que Miramar, con sus manzanas rectangulares de 100 por 200 metros, se parece tanto en su trazado a Manhattan.

El crecimiento y auge del nuevo reparto hizo que se planteara la necesidad de conectarlo con el Vedado y pocos años después, el 27 de febrero de 1921, se comunica la calle Calzada del Vedado, con la Quinta Avenida, mediante el “Puente Miramar”, también llamado “de Pote”, lo que facilitó el acceso y desarrollo de lo que una década después sería la fastuosa Quinta Avenida y el lujoso barrio de Miramar.

El puente de estructura metálica, de supuesto “buen gusto”, sustituyó a un pontón de sogas que, por el norte, cerca de su desembocadura ,permitía cruzar el rio Almendares. Un mes más tarde, el 29 de marzo de 1921, “Pote” se suicida. Al parecer, la crisis económica del 21 lo llevó a la bancarrota, aunque medios de prensa revelaron que en su caja fuerte de la librería “La Moderna Poesía”, de su propiedad, encontraron 10 millones de pesos, hecho que dio pié a muchas especulaciones…

Este puente fue demolido para construir el túnel bajo el rio que conocemos, y que realiza las mismas funciones que cumplía el de “Pote”.

Pero hubo además un proyecto de un espectacular puente, que no se llegó a construir, que uniría el Malecón con la calle 3ª de Miramar. Se diseñó a comienzo de los años 50 por el ingeniero cubano Manuel Febles Valdés.

En el boceto que aparece en la ilustración de la publicación, se puede apreciar su magnitud, sobretodo comparándolo con el de “Pote”, que podemos observar también en la zona inferior derecha del dibujo.

No dedicamos la publicación a este ingeniero cubano, pero si queremos ofrecer algunos datos que permitan al menos ubicarlo dentro de la historia de las construcciones en nuestro país. Manuel Febles fue Ministro de Obras Públicas durante el período de gobierno del presidente Ramón Grau San Martín.

En el mes de febrero de 1950, el Periódico “Patria” publicó la noticia de la culminación de la campaña Pro-Fragua Martiana. La publicación agradeció por “su entusiasmo patriótico, alta comprensión martiana y dinamismo constructivo” al ingeniero Manuel Febles Valdés, Ministro de Obras Públicas, “que ha dispuesto la expropiación de los terrenos correspondientes y ha prometido levantar la Fragua Martiana”. Su posición y la de otros martianos logro impedir que se llevara a la práctica la idea de construir en el lugar un edificio de apartamentos.

Otro dato sobre Manuel Febles es su vínculo con el proyecto del “Teatro Nacional”, concibiendo el área necesaria para su ejecución: “Un total de 1094.09 metros cuadrados de la finca nombrada “El Factor”, perteneciente a la Compañía Inversionista Conill S:A y los 681.60 metros cuadrados del inmueble perteneciente a la Sra: Cecilia Sarrá, en el lugar conocido como La Ermita de los Catalanes, sumando el total de 1775.69 metros, aprobados por el presidente de la República Carlos Prío Socarrás, en Febrero de 1951, para llevar a cabo el proyecto de construcción del Teatro Nacional de Cuba”…

Incluyo estos datos para destacar el trabajo de este ingeniero cubano, autor de otras muchas obras, que no menciono porque esta publicación es solo para comentarles sobre estos dos puentes… que no existen..

CUBA EN LA MEMORIA 18/03/2014

Gaceta Gastronomica


Menus La California


Saturday, March 15, 2014

CUERVO Y SOBRINOS - Joyas de La Habana




(Publicado por D. Jacome)

La prestigiosa firma “Cuervo & Sobrinos” tiene su origen en 1882 cuando Ramón Cuervo, inauguró su primer tienda de joyería de lujo en la Calle Muralla 37-1/2, en el centro de La Habana. Pocos años después le ofrece a su sobrino Armando su participación en la empresa. En 1892, es ampliado el negocio y se adquiere un nuevo establecimiento, situado en la calle Teniente Rey No. 13.

Su sobrino, Armando F. Río y Cuervo, asturiano nacido en 1862 en Quinzales, en la provincia de Oviedo, se había educado en un colegio de la Bayona francesa, desde donde embarcaría rumbo a Cuba. Trabajaría como empleado en una joyería e incluso se trasladaría a México por pocos meses, hasta que su tío solicitara sus conocimientos de ese negocio, ofreciéndole participación en la empresa.

Dirigida por Armando, la firma siempre contó con la competencia y laboriosidad de Ramón, así como con la de sus otros dos sobrinos: Plácido y Lisardo, hermanos del primero. Pero fue don Armando quien llegó a convertirla en uno de los más grandes orgullos mercantiles de la ciudad de la Habana.

Armando pasó entonces a Alemania como comprador y, al poco tiempo, establecía en Pforzheim, en el Gran Ducado de Badem, una sucursal de la casa habanera, y más tarde organizaba otra sucursal en París.

Según el “Libro de Oro Hispano-Americano” editado en 1917, aparece no solo como “una de las empresas de su orden más acreditadas de toda la Isla y de las que dirigen el negocio con mayor competencia y acierto “, sino que también es “una de las entidades mercantiles más sólidas de Cuba”. Por esta misma fuente sabemos que en esa época Don Armando Río y Cuervo era primer vicepresidente del Casino Español de la Habana.

A finales del siglo XIX se produce realmente el nacimiento de la “marca”, con tres sucursales de aprovisionamiento y producción en los puntos neurálgicos de Europa: “Pforzheim” en Alemania, para los metales y las piedras preciosas, Paris para la joyería y La “Chaux-de-Fonds” para la relojería. Cuervo y Sobrinos era la única empresa importadora en Cuba de las afamadas marcas de relojes Roskopf y Longines. Tenía además un amplio surtido de yugos, sortijas, llaveros, presillas para corbatas y billetes, entre otros objetos.

Por otra publicación del mismo año 1917, el “Libro Azul” de Cuba, es que conocemos que tenía instalado sus almacenes y despacho en la calle de la Muralla, número 37-1/2, que “directamente importan de los Estados Unidos y de Europa” y que tienen la venta exclusiva de algunas afamadas marcas de relojes.

Los principales negocios de la empresa eran “el de pedrería fina, el de joyería y el de relojería, con un capital social es de 400.000 pesos, capital que la empresa cubre anualmente, pues sus ventas medias ascendían a $360.000. Su mercado no se reducía solamente a Cuba, sino que ya se extendía por todo Centroamérica.
A partir de ese momento, es habitual encontrar sus anuncios en revistas y otras publicaciones, donde aseguran que “la joya creada para usted, será el más fiel exponente de su personalidad. Haga resaltar su belleza con joyas artísticas”.

Por posteriores anuncios sabemos que hacia 1930 se traslada hacia San Rafael y Águila, su ubicación ya definitiva hasta 1959. Un letrero colocado en lo alto de la fachada exterior, servía para avisar al transeúnte su presencia.

Con su lema “los joyeros de confianza”, vendían no sólo finos relojes Rolex y Longines, de oro y acero, sino un extenso surtido de sortijas para caballeros, de oro 18K y topacio; yugos en los más finos estilos; gran variedad de hebillas y pasadores. El sólo hecho de que —al igual que Tiffany, en Nueva York, o Cartier, en París—, Cuervo y Sobrinos grabara su nombre en las esferas de los relojes junto al productor de los mismos, ya da cuenta del prestigio y solidez que alcanzó la empresa habanera, sobre todo en las décadas de 1940 y 1950.

Durante medio siglo la boutique de joyería y relojería disfruta de un éxito internacional. Numerosas personalidades como Ernest Hemingway, Winston Churchill, Enrico Caruso, Gary Cooper, Clark Gable, Albert Einstein, etc… visitan regularmente “La Casa” para comprar joyas y relojes.

Su variada oferta de precios queda explícita en su reclamo publicitario: “no importa las cifras que alcance su presupuesto. Un presente para cada posibilidad económica y un objeto para cada gusto. Además... su regalo llevará impreso el tradicional prestigio de la firma”.

Precisamente esa “doble marca” confiere hoy garantía y rareza a los ejemplares conservados por coleccionistas, verdaderas joyas no sólo por la exactitud mecánica sino también por la belleza de diseño y formas. No en balde se les califica de “clásicos”, por sus exquisitas características que denotan elegancia e imponen un style que trasciende el tiempo y la moda.

Buscados por coleccionistas y amantes de relojes de alta calidad y precisión dispuestos a pagar grandes cifras por exhibirlos en su muñeca o simplemente guardarlos en sus cajas fuertes… verdaderas joyas nacidas en La Habana…

LAS PELEAS DE GALLOS… DESDE 1737


(Publicado por D. Jácome

El cubano gusta de las peleas de gallos. En Cuba en 1959 había 1500 vallas de gallos.
Aunque es posible que la primera pelea de gallos en América se diera en Santo Domingo, al menos así afirman los dominicanos, lo que sí es seguro, es que el dueño de la primera valla fuera Don Diego Velázquez. Con respecto a Cuba, los primeros documentos que confirman que se realizaban peleas de gallos en Cuba, datan de 1737.
Y ya se consideraban como una actividad popular.

Este deporte, pasatiempo, espectáculo, entretenimiento o diversión, según se le conceptúe, tiene el mismo origen en todos los países del llamado por los conquistadores Nuevo Mundo: España. Allí llegó con los árabes, quienes la dominaron durante siete siglos.

A Cuba llegaron los auténticos gallos de pelea alrededor de 1826, convirtiéndose la práctica de este deporte en lo que pudiera definirse como el principal medio de recreación y esparcimiento de los cubanos de la época, sobre todo de la población campesina, que lo acogió con interés y entusiasmo.

Se popularizó de tal forma que era frecuente ver en cualquier poblado urbano o rural una valla, las que constituían un desafío a las autoridades de la metrópoli que acosaban estas prácticas que estaban limitadas por unos y prohibidas por otros porque se consideraban que enardecían a los criollos y los estimulaban a la lucha, además de ser un pretexto para aglutinarse y conspirar contra los españoles. Esto trajo como consecuencia la promulgación, en 1899, de una Ley prohibitiva de las peleas de gallos, contentiva de multas de 500 pesos a cada violador de la legislación.

En 1909 el presidente cubano José Miguel Gómez con la finalidad de ganarse la simpatía del pueblo en sus elecciones, autorizó nuevamente las vallas, suprimiendo todas las prohibiciones oficiales y utilizó, además como lema de su partido, el Liberal, un gallo fino.

Algunos llegaron a ser ricos en este pasatiempo convertido en negocio, otros sin suerte perdieron propiedades, familias y amistades, algunos apelaron al suicidio por las deudas y hubo quienes... Aunque parezca increíble, en el mercado de los gallos de pelea, un buen ejemplar podía cotizarse entre dos mil y cuatro mil pesos, moneda nacional.

Los cubanos, con su ingenio y audacia característicos, crearon una escuela cubana de cría, cuidados y preparación general de los gallos de lidia, la que más tarde se extendió a varios países de centro y sur América, tales como México, Costa Rica y Venezuela.
La familia cubana de los gallos de pelea, vivió una etapa dorada a mediados del pasado siglo XX, cuando coincidieron en el tiempo, criadores del prestigio y la talla magistral de Jorge Luis Abreu, en Las Villas, así como el doctor Jorge Romañach, Diego Trinidad Velasco, el coronel Mendieta y los hermanos Zayas, dueños de los Laboratorios Linner, en La Habana.

Hay muchos tipos de gallos y en Cuba existen todos: indio, pinto, cenizo, canelo, giro y más. Más de 20 mil ejemplares exportaba Cuba antes de 1959 y a pesar de que actualmente se comercializa la venta de gallos de pelea con México, República Dominicana, Martinica, Guadalupe, Panamá, Venezuela, Aruba y España, queda mucho trecho todavía por andar para alcanzar esa cifra.

Como curiosidad histórica subrayamos que el grito de Libertad e Independencia se dio en una valla de gallos, el 24 de febrero de 1895 en la ciudad de Bayamo, en el oriente del país, por un grupo de patriotas cubanos que de esta forma daban inicio a la segunda guerra de independencia de Cuba, que terminó con el dominio colonial español.
Como es de suponer, actualmente están prohibidas… pero se juega…

Y hablando de gallos… otra curiosidad…

¿Saben que el primer “Gallo de Morón” de la historia, ni era un gallo, ni era de Morón, ni tuvo que ver con Cuba? Se trata de una leyenda del siglo XVI, cuando el recaudador de impuestos de Sevilla se presentó en Morón de la Frontera a ejercer su oficio. Como el sujeto tenía aspecto de matón y forma de actuar muy grosera se le bautizo como el gallo de Morón.

Los moronenses se cansaron de los desplantes de aquel “gallo” y un buen día le dieron una tunda de palos tan contundente, que éste tuvo que marcharse de Morón sin atreverse a volver por más impuestos.
De ese episodio surgió una copla popular que decía:
…”Anda que te vas quedando como el Gallo de Morón
sin plumas y cacareando en la mejor ocasión”...

MARCIANOS EN LA HABANA – Diciembre de 1957


(Publicado por D. Jácome)

En diciembre del año 1957 en la Avenida de Rancho Boyeros y Vía Blanca, en los terrenos donde se construía la Ciudad Deportiva, apareció un extraño objeto que parecía ser un disco volador. En esta época eran frecuentes las noticias donde se aseguraba haberlos visto sobrevolar algunos lugares del mundo, pero ninguno había descendido a tierra. Y estaba sucediendo por primera vez, otra primicia nuestra, en La Habana.

La curiosidad hizo que en pocas horas llegaran hombres, mujeres y niños de todas partes de la ciudad. Poco después ya estaba obstruido el tráfico y los chóferes y pasajeros abandonaban los vehículos en que viajaban y se unían a los curiosos que, a prudencial distancia, miraban el curioso artefacto que en apariencias era sin duda un platillo volador. La noticia corrió de boca en boca y causó pánico, gritos y plegarias al cielo suplicando el amparo divino. Ese mismo mes, se había estrenado con gran éxito la película “El día que paralizaron la Tierra” y todo el que la había visto estaba aterrado…

De inmediato la radio trasmitió la noticia de “la llegada de un artefacto marciano” y, como es de suponer, esto atrajo a muchos más curiosos, lo que abarrotó el lugar de una multitud que no dejó de emitir exclamaciones cuando escuchaban los extraños ruidos que emitía la nave. Llegaron reporteros, fotógrafos y camarógrafos de los distintos medios de comunicación y también decenas de vendedores que aprovecharon la oportunidad...

La nave era como un plato aparentemente metálico, de unos doce metros de diámetro y cuatro de altura. Alrededor de su circunferencia se destacaban seis pequeñas escotillas donde resplandecían unas luces intermitentes. Coronaba el aparato una cabina transparente del cual emergía un periscopio que oteaba el horizonte.

El Ministro de Gobernación, Ramón Hermida, ordenó a la policía actuar y se unieron también algunos miembros del ejército y la marina. A las diez de la mañana más de setenta uniformados armados de ametralladoras y fusiles rodearon el artefacto. Los bomberos apoyaban la acción con su famosa bomba “Cuba” y un carro escalera. De inmediato rodearon la zona. Los bomberos se alistaron para sofocar cualquier incendio extraterrestre.

Pero ninguno se atrevía a acercarse al objeto y cuando lo intentaban desde su interior salían chorros de humo y sonidos extraños, estridentes y agudos que les hacía renunciar al intento. La policía prefería esperar por los tanques de Columbia y los soldados exigían a los policías que actuaran. Pero nadie daba el primer paso. La policía intentó “comunicarse” con los ocupantes de la nave pero la situación era muy tensa pues se temía a un enfrentamiento con un “armamento desconocido” lo que ocasionaría una masacre sin precedentes.

A las once de la mañana, por orden del Ministro, se efectuó el asalto. La tensión del público aumentó, los agentes del orden avanzaron cautelosamente y rodearon el aparato. No encontraron ninguna puerta y subieron al techo. Cuando ya iban a romper la cabina, comenzó a escucharse una música muy conocida y contagiosa acompañada de unas voces que cantaban: Los marcianos llegaron ya/ y llegaron bailando cha cha chá/ ricachá, ricachá, ricachá/ así llaman en Marte al cha cha chá/…

Joaquín M. Condall, director del programa "Mi esposo favorito" del Canal 4, que estaba ubicado a unos 200 metros con un equipo de control remoto, había ordenado abrir la portezuela superior de la "nave", plateada y brillante.

De su interior comenzaron a salir "los marcianos", que eran nuestra primerísima vedette Rosita Fornés y su esposo Armando Bianchi; el gordo Rogelio Hernández, Herminia de la Fuente y la escultural Marta Véliz, conocida como "la Meneíto", por sus bailes como modelo de la cerveza Cristal, patrocinadora de aquella broma. Vestidos con ropas inspiradas en personajes de ciencia-ficción, capas, extraños cascos y “armados” con ametralladoras de juguete de vistosos colores.

Ante la sorpresa de la multitud los agentes del Servicio de Inteligencia Militar, el SIM, arremetieron contra estos artistas y se los llevaron detenidos. Rosita Fornés les decía: ..”¡No somos delincuentes, caballeros!”, pero no sirvió de nada y fueron conducidos a hasta las “perseguidoras” y trasladados a las oficinas de la Policía Secreta situada en la calle Reina, donde fueron retenidos e instruidos de cargos.

Solo logró sacarlos de allí, ya en la noche, Julio Blanco Herrera, el dueño de la cervecería Cristal.

Joaquín M. Codall había presentado este proyecto a los directivos del Canal 4 y a la Compañía La Tropical, fabricante de la cerveza Cristal. La idea gustó y fue aprobaba. El aparato se diseñó y construyó en los talleres de escenografia del Canal 4. Ingenieros de sonido crearon ruidos , músicas extrañas y un sistema para que un técnico pudiera manipular la ambientación sonora y las luces dentro del disco.
El tema musical del espectáculo fue el cha- cha-cha de Rosendo Ruiz “Los Marcianos llegaron ya”. Pero se olvidaron de informarlo a las autoridades y esto complicó sus planes.

No obstante, se popularizó el cha cha chá “Los Marcianos”, se incrementaron las ventas de la cerveza Cristal y también la tele audiencia del programa “Mi esposo favorito”. Y esta inocentada cubana, sin dudas, debe figurar entre las mejores del mundo… Todo ocurrió un 28 de Diciembre de 1957.


MISS BURBUJAS”, LA ENGAÑADORA… QUE NO ENGAÑA


“MISS BURBUJAS”, LA ENGAÑADORA… QUE NO ENGAÑA
(Publicado por D. Jácome)

El 7 de noviembre de 1953, en el Paseo del Prado y la calle Animas, en la capital, al atardecer, ocurrió algo insólito. Una mujer bajó de un taxi sin más ropaje que un ceñido monobiquini y una capa de agua transparente. Con la mayor naturalidad abrió una sombrilla y ante el asombro general de los que por allí pasaban comenzó a andar por el céntrico y concurrido paseo.

Pronto se vio rodeada de curiosos. Los puritanos, gritaban: ¡Desvergonzada! ¡Qué descaro! y otros, con mentalidad más joven, se deshacían en galanterías. ¡Bárbara! ¡Sabrosa!. ¡Ave Maríaaaaa! ..

Se cuenta que de una vitrola de un bar cercano se escuchó el cha cha chá, “La Engañadora” y la dama de la capa transparente aprovechó para bailar aquel compás con el más impecable estilo cabaretero. Suponemos que lo de la música estaba “arreglado”, aunque esto no está documentado…

Cuando llegó al Parque Central, ya venía escoltada con un escándalo de claxons de autos y un sinnúmero de piropos de los más diversos colores. Aparece el foto-reportero, Rubén González, del diario "Información" quien tomó estas fotografías, que aunque de mala calidad, ilustran esta publicación,

Por el alboroto causado llegó un policía que le preguntó qué hacía así por la calle. Ella, con su más seductora sonrisa le respondió: …”Yo solo quería demostrar que no soy La Engañadora.” El uniformado como no sabía si era una loca o una exhibicionista, decidió llevarla a la estación de policía.

Las actuaciones revelaron que se trataba de Virginia Martha Lachima, una bailarina norteamericana conocida en el mundo del burlesco como “Miss Burbujas” y que debutaría próximamente en un cabaret capitalino. Ella había ofrecido un anuncio vivo de su arte en el lugar más concurrido de La Habana.

De aquella exhibición callejera de “Miss Burbujas” ya casi nadie se acuerda, aunque si perdura el ritmo de la música perdurable del maestro de Enrique Jorrín.

En cuanto a las fotografías se deben al foto-reportero Rubén González Muñoz que naciera en San Fernando de Camarones en 1920 y fuera reportero gráfico del periódico “Mañana” de 1946 a 1952 y del diario “Información” de 1952 a 1958, año en que se alzó en el Frente del Escambray alcanzando los grados de capitán. AL triunfo de la Revolución trabajó en la revista Bohemia hasta su jubilación en 1982. Falleció en La Habana en 1992.

Como detalles de esta historia aclaro que “Miss Burbujas” ( Darlene Bubbles - Virginia Lachina) fué contratada para actuar en el Cabaret del Hotel “Sevilla Biltmore”, propiedad del mafioso ítalo-cubano Amletto Batisti, uno de los “capos” del juego en La Habana.

La bailarina Burbujas-Bubbles, en busca de publicidad gratuita, decidió darse una caminata por el Paseo del Prado, precisamente a la altura de la calle Neptuno, los predios de la Engañadora”, como ya comentamos.

Por tan peculiar paseo fue multada con 200 pesos, aunque otras fuentes aseguran que solo fueron 50. Eso da igual, el “performance” de Miss Burbujas logró su objetivo y sus fotos tuvieron toda la repercusión mediática que ella de seguro esperaba.

Incluso 60 años después aún comentamos sobre ello….

(CUBA EN LA MEMORIA 27.09.2013)


EL CERRO -¿TIENE LA LLAVE?


EL CERRO -¿TIENE LA LLAVE?
(Publicado por D. Jácome)

El Cerro, fundado en el año 1803, surge como un barrio extramural. Comenzó siendo una estancia, luego un ingenio hidráulico azucarero, y más tarde una capitanía de partido que devino barrio de la ciudad. Su fundación data de cuando se trazó la Calzada del Cerro, y con el florecimiento de sus palacetes y quintas alrededor de la Calzada, hacia 1840, comenzó a considerarse como parte de la Habana.

Pero su historia inicia con la presencia aborigen. Comunidades de tradición mesolítica, asentadas en el entorno del Río Almendares, cuyo nombre de “Casiguaya” responde al de una mujer de esa comunidad que prefirió en acto de rebeldía, suicidarse con los hijos en el río, antes que someterse al conquistador.

El 8 de mayo de 1589, Hernán Manrique de Rojas solicita al cabildo de La Habana establecer una estancia y así se convierte en la primera unidad territorial que tuvo el nombre de “El Cerro”. Entre los siglos XVI al XIX, se construyen los acueductos abastecedores de la ciudad: la Zanja Real (1592), Fernando VII (1835) y Albear (1893). La Zanja Real, permitió el surgimiento de las primeras prensas o ingenios de azúcar, los molinos de rapé y otras ramas de la incipiente economía.

Ya desde 1807 estaba lo suficientemente habitado para que se construyera una pequeña iglesia, de tablas y guano (en Santo Tomás entre Peñón y Arzobispo). En 1843 es reemplazada por otra, de una sola nave, a la que se le dio el nombre de “San Salvador del Cerro”, en honor del Capitán General Don Salvador del Muro y Salazar, Marqués de Someruelos, quien no solo ayudó económicamente a la construcción de la iglesia, sino también favoreció el fomento urbano de la barriada. (En esta pequeña parroquia, a finales de los años 40, del siglo XX, el astro del cine mexicano, Jorge Negrete, concurrió como padrino en un bautizo, lo que provocó un gran revuelo entre los habitantes del barrio).

A finales del siglo XVIII se mejoró el camino que conducía de la “Puerta de Tierra” hacia la esquina de Tejas y de allí hacia el oeste a Marianao y Vuelta Abajo, lo que facilitaba las comunicaciones a esta zona. Esto propició que dos acaudalados propietarios que poseían grandes extensiones de terreno, José María Rodríguez y Francisco Betancourt, decidieran construir sus casas, en el año 1803, y fomentar un reparto residencial. La finca fue dividida en lotes y vendidas, en poco tiempo, debido a la belleza del entorno. No tardaron en aparecer las residencias veraniegas.

Pronto se llenó de de suntuosos palacios rodeados de jardines, casas quintas que hacen que fuera el barrio residencial de moda del siglo XlX habanero. En su conjunto arquitectónico podemos destacar: La casa quinta del Marqués de San Miguel de Carvajal, la del Conde de Fernandina, conde de Santovenia, Marqués de Pinar del Río y la de Doña Leonor de Herrera. La barriada residencial que surge a lo largo de La Calzada del Cerro, alcanzó relevancia nacional por sus valores artísticos y arquitectónicos.

A partir del Siglo XIX aparecen las primeras fábricas de fósforos y posteriormente las “grandes” del jabón y perfumería: Sabatés y Crusellas. Poco después se constituye la compañía “Nueva Fábrica de Hielo” que produjo las marcas de cerveza “Tívoli” y “La Tropical”, de lo que ya he comentado.

Durante el Siglo XX el Cerro se convierte en una de las principales zonas de la industria habanera. Crece la industria del calzado, se establecen, entre otras, fábricas de refrescos y bebidas. El Cerro concentró en su territorio la mayor cantidad de fábricas de fósforos del país. Atendiendo al peligro de los incendios para las comunidades del territorio, entre otras razones, actualmente ya sólo queda una, la “Unión de Empresas Productoras de Fósforo”.

También destacable la cantidad de centros médicos -“quintas”- que surgieron en este municipio. En la “Dependientes” (hoy, hospital Diez de Octubre), en 1907, se realizó por primera vez en Cuba y por segunda vez en América una sutura de corazón.

El doctor Bernardo Moas, primer cirujano de la clínica, la practicó a un paciente que aunque solo sobrevivió 18 días tras la operación, se consideró todo un éxito dado el estado de la medicina y los recursos de que disponía el centro. Fue muy elogiado por los doctores Carlos J. Finlay y Joaquín Albarrán. Fue también en “Dependientes” donde funcionó, en 1958, el primer servicio de parto sin dolor que existió en Cuba.

Imposible no mencionar al coloso del Cerro, al más grande estadio de béisbol de Cuba. Inicialmente se le llamó “Gran Stadium de La Habana” o “Estadio del Cerro”(hoy Latinoamericano”). Su construcción se desarrolló en 1946 y fue inaugurado el 26 de octubre de ese mismo año, ante una multitud de 31 000 aficionados. Con su inauguración desplazó al de “La Tropical”, anteriormente el mejor estadio de La Habana.

Por solo mencionar algunos personajes destacados, nuestro primer campeón mundial de Boxeo, Eligio Sardiñas "Kid Chocolate", nació en este Municipio. También nació allí, René Portocarrero, una de las más destacadas figuras de la plástica cubana y uno de nuestros principales artistas del siglo XX .

Y, para concluir, la ya famosa la frase "El Cerro tiene la llave", hecha popular por una contagiosa melodía de la Orquesta“Van Van”, de Juan Formell, está vinculada al hecho de que era en el Cerro donde estaba ubicada la entrada de agua a la ciudad y la sede del acueducto que aún existe hasta nuestros días. Se encuentra en El Cerro el Canal de entrada de La Zanja Real, primer acueducto habanero, que llevó el agua a la ciudad desde 1592 hasta el siglo XIX.

Sin dudas, tiene la llave…

WALT DISNEY De vacaciones... en Cuba


(Publicado por D. Jácome)


Cuando Walt Disney sufrió una crisis nerviosa en 1931, su médico le sugirió unas vacaciones para escapar de las presiones de la ejecución del estudio. Siguiendo el consejo de su médico, Walt planeado un crucero a Seattle con su esposa, seguido de visitas con sus padres en Oregon y parientes de ella en Idaho. La pareja cambia de idea y reservan un viaje a Hawai.

La excursión a Hawaii también fue cancelada y en su lugar hacen un viaje que incluyó paradas en St. Louis, un viaje por el Mississippi en un barco, una escala en Florida, y luego a Cuba, antes de regresar a casa vía el Canal de Panamá.

En Cuba los Disney se alojan en el “Hotel Nacional”. La habitación 445 lleva su nombre en honor a tan ilustre visitante.

Walt Disney, impresionado ante la percusión al estilo cubano, aprovechó su estancia en Cuba para grabar rumbas de solar, toques de tambor y congas que descubrió en los barrios humildes. El Hotel Nacional violó una de sus reglas de oro y permitió el acceso de músicos negros que tocaron para el equipo de Disney, quien poco después incluiría esta música en sus dibujos animados.

Sin dudas que su personaje “bongo” creado posteriormente a este viaje a Cuba, algo tiene que ver fonéticamente con el instrumento de percusión llamado en Cuba bongó y que cambia la acentuación en su idioma. Tampoco es casual que los “Bongos Cuban Café” en “Downtown Disney West Side” queden ajenos a esta anécdota.

Pocas fotos tengo de su viaje, entre ellas una que se publicó el 29 de febrero de 1932 en “ Noticias Hamilton Daily”, con el siguiente texto:

“…¡Aquí le está mirando! Incluso cuando Walter Disney, creador de Mickey mouse cómic, publicado en The Daily News a partir de hoy, trata de tomar unas vacaciones, no puede escapar del pequeño roedor divertido. …En La Habana, descansando de las labores de inventar nuevas aventuras de Mickey, que ha penetrado las barreras de todos los idiomas para convertirse en famosa…”

Posible que en este viaje sea cuando conoce al caricaturista cubano Conrado Massaguer, de quien ya hemos comentado en dos publicaciones, pues cuando Massaguer viaja a New York como exiliado político, producto de sus críticas al Presidente Machado en la “Revista Carteles”, aprovecha para reunirse con Walt Disney de quien dice “ya se consideraba amigo”. En 1951 Massaguer fué nombrado Delegado en Hollywood de la Comisión Pro Defensa y Propaganda del Tabaco Habano. En la llamada Meca del Cine fue agasajado por Walt Disney y los hermanos Warner.

Según Gunnar Andreassen, quien posee la documentación del “California SS”, el lujoso crucero en que Walt y su esposa navegaron desde Cuba a Los Angeles, partieron desde La Habana el 3 de noviembre de 1931 y llegaron al puerto de Los Angeles el 14 de noviembre. Al parecer su estancia en La Habana fue prolongada, si tomamos en cuenta que la publicación que comentamos anteriormente fué del 29 de Febrero.

En muchas ocasiones se ha comentado que Walt Disney está “criogenizado en espera de que la medicina se desarrolle lo suficiente como para devolverle a la vida. Pero lo cierto es que murió de cáncer de pulmón, su cuerpo fue incinerado, y sus cenizas reposan desde entonces en el cementerio Forest Lawn de Glendale, California. Pero todos sus entrañables personajes están vivos y seguirán haciendo compañía a muchas generaciones venideras...


WALT DISNEY

Walter Elias "Walt" Disney (diciembre 5, 1901 a diciembre 15, 1966) fue un productor de cine, director, guionista, actor de doblaje, animador, empresario, artista y filántropo, conocido por su influencia en el campo del entretenimiento durante el siglo 20. Junto con su hermano Roy O. Disney, fue co-fundador de Walt Disney Productions.

Durante su vida recibió cuatro premios Oscar honoríficos y ha ganado 22 premios de la Academia, de un total de 59 nominaciones, incluyendo un récord de cuatro en un año, más premios y nominaciones que cualquier otra persona en la historia. Disney también ganó siete premios Emmy y dio su nombre a la Disneyland y Walt Disney World Resort parques temáticos en los EE.UU., así como de la internacional resorts Tokyo Disney Resort, Disneyland Paris y Hong Kong Disneyland.

CUBA EN LA MEMORIA 16.10.2013

ALEGORIA A CUBA


(Publicado por D. Jácome)


En la publicación reciente sobre la visita a Cuba de Calvin Coolidge, único presidente nortemericano que nos ha visitado, por problemas de espacio en la composición, no incluí una foto que consideraba curiosa y merecedora de estar, y que decido mostrarle en esta.

En ella se aprecian dos niñas, vestidas con ropa alegórica, a Cuba y los EEUU, que se dan la mano en símbolo de amistad. Vestidas así, detuvieron la caravana presidencial y ambos presidentes pudieron disfrutar de este recibimiento a nombre de las Escuelas Públicas de Cuba.

Y ya que les comento sobre esta foto, aprovecho para publicar algunos aspectos relacionados con los antecedentes de este vestuario, símbolo alegórico cubano.

El 20 de mayo de 1902 significó el renacer de Cuba y su incorporación al escenario internacional como país independiente. Esa fecha representó para los cubanos la libertad, el dominio del país y una etapa llena de esperanzas y optimismo.

A partir de entonces, el 20 de mayo queda asociado al surgimiento de la República de Cuba y a todo lo que ella significaba. Comenzó a considerarse, esa fecha, la ocasión conmemorativa donde se celebraban las “Fiestas de la República”, lo que se convirtió en motivo de poemas, canciones, ediciones especiales de revistas y periódicos. La fecha trascendió su dimensión política y se incorporó al imaginario popular, y surgen otras actividades relacionadas, como la de estímulo escolar para los niños : el “Beso de la Patria”.

El alcance de la celebración necesitaba ser concretado en un símbolo y crear los elementos visuales que reflejaran su trascendencia. La fecha tomó para sí la alegoría “republicana”, con la figura femenina de gorro frigio, envuelta con la bandera cubana, frente a la cual descansa el escudo real. Las revistas cumplieron papeles protagónicos en el reconocimiento popular del nuevo emblema para el país. De este modo nació definitivamente la alegoría de la “República de Cuba” y esta alegoría se transformó en la insignia de esta época, la más peculiar quizá de las surgidas en este período. La República fue capaz de construir una imagen para sí misma.

Este vestuario alegórico, a nuestra República, se ha manipulado de muchas formas, pero aunque la más frecuente es la de confeccionar un “traje” con la propia bandera, en ocasiones se lograba solo con envolverse el cuerpo con la misma. El otro elemento indispensable que complementa la imagen es el tocado, un gorro frigio, sobre la cabeza. El gorro frigio es una especie de caperuza, de forma aproximadamente cónica pero con la punta curvada, confeccionado habitualmente con lana o fieltro. Desde el siglo XIX, no solo en Cuba, el gorro frigio se consagra definitivamente como símbolo internacional de la libertad y el republicanismo.

El gorro frigio, llamado “pileus” por los romanos, es originario de Frigia, Asia Menor (actual Turquía) y fue considerado en Roma como distintivo de los libertos y durante la independencia de EEUU y en la Revolución Francesa fue adoptado como símbolo de la libertad. Podemos verlo en la “alegoría de la Libertad” que aparece guiando al pueblo en el conocido cuadro de Eugène Delacroix, de 1830. “Marianne”, personificación de la República Francesa, está tocada también con un gorro frigio. Durante los siglos XIX y XX fue utilizado como símbolo en varias repúblicas, incluso latinoamericanas.

También el escudo cubano está rematado en su parte superior con esta prenda. La corona que sobresale por la parte superior del escudo está cubierta por un gorro frigio de color rojo, vuelto hacia la derecha. El gorro tiene en su parte central una estrella blanca de cinco puntas, una de ellas orientada hacia arriba. Es nuestra estrella solitaria.

Sin embargo, esta alegoría republicana actualmente ya no caracteriza a la República y su imagen solo se identifica con el sistema político de la primera mitad del siglo XX.
Desde mi punto de vista, el ideario martiano, el ímpetu insurreccional ante un sistema opresor, las ansias de libertad y el patriotismo se conjugan como conceptos que significan a la nacionalidad cubana y a su proyecto de independencia.
Y esta alegoría es representativa de ello.

CUBA EN LA MEMORIA 18.10.2013

LECHEROS A DOMICILIO La vaca amarrada frente a la bodega...



(Publicado por D. Jácome)

El empleo fue una de las formas en que la inmigración española se hizo sentir en el desarrollo urbano e industrial habanero. Sitios emblemáticos de La Habana como las avenidas Carlos III y Belascoaín fueron —y aún lo son— sedes de mercados, industrias y otras empresas, donde numerosos españoles y españolas encontraron puestos de trabajo que les sirvieron para subsistir o mantener a sus familias, tanto en Cuba como las de España. Asimismo, toda la zona que cubre este segmento del actual municipio Centro Habana se convirtió en una zona de fuerte presencia española.

Las lecherías, por ejemplo, fueron un negocio en el cual muchos españoles se insertaron, entre los cuales figuraban numerosos canarios, quienes con sus carretones de leche deambulaban por la ciudad ofreciendo tan preciado alimento. A finales del siglo XIX, ante la ausencia de equipos de refrigeración, era común ver a emigrantes españoles ordeñando una vaca en las afueras de una bodega. De este modo siempre se compraba fresca. Otros recorrían la ciudad con sus vacas y el servicio era a domicilio.

Alejo Carpentier, en una de sus crónicas, rememoraba que La Habana de 1912, …”estaba circundada de potreros… donde el asfalto era casi un ilustre desconocido en la mayoría de aquellas calles de piedra o de tierra apisonada, llenas de peligrosos baches, ...y que recordaba a cada paso con las melodías de zarzuelas o pasodobles que tocaban los organilleros españoles en la capital cubana y se sumaban al concierto de pregones, cencerros y el sonido de los rebaños de vacas suministradoras de leche fresca y las mulas y caballos que tiraban de los carretones”…

Tradicionalmente se ha valorado menos la aportación empresarial canaria frente al de otra procedencia como la asturiana o la catalana, y aunque muchos emigrantes canarios comenzaron ejerciendo otras actividades agrícolas, terminaron formando una moderna industria lechera que abasteció a la capital de la década de 1920 a 1940.

Una de las grandes empresas llevadas a cabo por los canarios fue, en 1929, la “Compañía Lechera de Cuba”, S.A. Un grupo de emigrantes grancanarios, procedentes de los municipios del norte de la isla (Guía, Moya, Gáldar), que tenían pequeños negocios de reparto de leche en La Habana, se unieron para formar una empresa de elaboración de leche pasteurizada y homogeneizada, la cual fue absorvida por “Cía Operadora de productos Lácteos” S.A. en 1947.

El negocio lo comienza José Suárez Suárez, natural de Moya, quién se inicia en Cuba como empleado de una vaquería en 1920, en el lugar conocido por Campanario y Maloja y llegó posteriormente a ser Presidente de dicha compañía: “La lechera de Cuba, Cía,” que ya era propiedad del tal José Suárez, de Antonio Ortega Jiménez, José Benítez, Ezequiel Soto Suárez y otros. Había sido fundada por Pedro Interián el 29 de mayo de 1929, como la mayor y la primera planta de pasteurización en Cuba.

La firma propietaria se constituyó el 10 de diciembre de 1928 como resultado de unir “El palacio de la Leche, S.A”, propiedad de Antonio Ortega Jiménez y la “Compañía Abastecedera de leche de La Habana, S.A.”, de Pedro Interián Rizo, quienes eran los dos mayores comerciantes de leche de vaca de la capital. Se unieron con el fin de levantar un capital que permitiera invertir en la tecnología moderna de la pasteurización, así como aumentar el mercado abastecedor.

Esto solo fue el comienzo. Para 1957 la producción anual de leche en Cuba fue de 785 toneladas métricas. De esta industria se destinaba un 65% al consumo directo, a mantequilla un 10%, a queso el 11%, a leche condensada y evaporada el 9%, y a leche en polvo, 1%.

A la par crecieron Industrias de productos lácteos como “Guarina”, “Nela”, ”La Lechera”, “La Vaquita”…. La producción de leche nutría a un gran número de fabricas grandes y pequeñas de queso, mantequilla, leche condensada y evaporada, cuya producción en 1957 fue de 1,945,284 cajas.

Las principales razas de ganado vacuno, en 1958, eran: Cebu, Shorthorn, Hereford, Aberdeen-Angus, Brown Swiss, Holstein, Santa Gertrudis, Guernsey, y Charolais.

No había café con leche en el mundo como el de La Habana de esa época. Venía el camarero a la mesa con una lechera en una mano y la cafetera en la otra y en la propia taza te mezclaba el café con la leche. Todo un arte de sabor y precisión. La azúcar al gusto, ninguno sabía igual a aquel café con leche.

Algunos, para restarnos valor a los cubanos, comentaban que éramos un pueblo de chicharrones y café con leche. Sabemos que realmente fuimos mucho más que eso pues, económicamente, fuimos de los primeros países de América en muchos aspectos… pero, además, hacíamos unos chicharrones de puerco como para chuparse los dedos y preparábamos un café con leche que nos llevaba a la gloria…

CUBA EN LA MEMORIA 14.11.2013


MONUMENTO A LAS VICTIMAS DEL MAINE


MONUMENTO A LAS VICTIMAS DEL MAINE
(Publicado por D. Jácome)

En la publicación anterior les comenté que, la noche del 15 de febrero de 1898, una explosión en el puerto de La Habana provocó el hundiendo el USS “Maine”, del que solo quedaron visibles el mástil y algunos escombros. El acorazado había arribado a La Habana tres semanas antes de su estallido por solicitud del cónsul norteamericano Fitzhugh Lee.

Como el tema les ha interesado y he recibido muchos comentarios interesantes – e inteligentes- pues continúo con el “Maine”, ya que todos conocemos la existencia del monumento en el Malecón de La Habana, pero realmente poco conocemos sobre su historia.

No es hasta el 6 de diciembre de 1913 que se realiza el primer trámite oficial para su construccion, cuando el presidente cubano, General Mario García Menocal, firma un decreto para erigir el monumento dedicado a las víctimas del “Maine”. Se realiza un concurso para seleccionar el mejor proyecto y es otorgado a Félix Cabarrocas Ayala (1887 -1961), reconocido arquitecto cubano. En esta obra trabajó en conjunto con el escultor español Moisés Huerta. De Cabarrocas queda pendiente una publicación…

El 21 de Febrero de 1924 el presidente Alfredo Zayas ordenó el comienzo de la obra, que finalmente fue construida por el presidente Gerardo Machado, siendo Secretario de Obras Públicas Carlos Miguel de Céspedes.

Veintisiete años después de la fatídica fecha, se develó el monumento homenaje a los 266 marinos que fallecieron esa noche, lo cual fue considerado, por algunos sectores, como un tributo a la duradera amistad entre Cuba y Estados Unidos y un agradecimiento a Washington por su ayuda para acabar con el yugo colonial español.

El monumento al Maine fue inaugurado en 1925 y tiene inscriptos los nombres de los 266 marinos muertos. Consiste en dos columnas que se erigen una junto a la otra, con una base que representa la ayuda de Estados Unidos al movimiento independentista de Cuba e incorpora varias reliquias del buque hundido.

Además tenía tres bustos de políticos estadounidenses: William McKinley, a quien correspondió declarar la guerra a España; Leonard Wood, primer interventor en la Isla, y Theodore Roosevelt, el presidente.

Coronaba su cúpula un águila americana que tenía sus alas extendidas en forma vertical, lo que provocó que el ciclón que arrasó La Habana el 20 de octubre de 1926, estrepitara contra el suelo el águila, partiéndosele las dos alas, y derribara las dos altas columnas donde posaba. El monumento fue reconstruido y reinaugurado el 10 de octubre de 1928. Se colocó una nueva águila que tenía las alas horizontales con un diseño aerodinámico que le permitiría soportar sin consecuencias las inclemencias del tiempo. También se ejecutó la remodelación de toda el área, tal como la conocemos actualmente.

El 18 de enero de 1961, bajo la presidencia de Osvaldo Dorticós Torrado, se decide retirar esta águila, así como las estatuas de los políticos estadounidenses, quedándose en su estado actual. Y se incorporó la siguiente leyenda: “A las víctimas de El Maine que fueron sacrificadas por la voracidad imperialista en su afán de apoderarse de la isla de Cuba”.

En esta ocasión, cuando la segunda águila se estrelló contra el piso en 1961, un asesor de la misión que representaba los intereses norteamericanos en Cuba rescató la cabeza del águila, la cual permanece actualmente en la Sección de Intereses de EE.UU. en la capital cubana. Y al parecer hoy ésta preside el bar de dicha Sección de Intereses en La Habana.

Entre otros restos del acorazado “Maine” rescatados de la bahía, el mástil de popa está localizado en la Academia Naval de los Estados Unidos en Annapolis, Maryland y su mástil de proa en el Cementerio Nacional de Arlington (al norte de Virginia), lo cual ha dado lugar a una tradicional broma entre los cadetes, según la cual el “Maine”, era el "barco más largo de la Armada"… la proa en Arlington y la popa en Maryland..

Algo curioso y quizás aún menos conocido fue el hecho de que Carlos López, un joven pescador cubano, pocas horas después de la explosión encontró la bandera del “Maine” flotando en las aguas de la bahía y la entregó a las autoridades de EE UU. Durante un siglo su familia y amigos guardaron una emotiva carta de agradecimiento que Fitzhugh Lee, Cónsul General de los Estados Unidos de América, enviara a la casa del humilde pescador, en calle Rosa, esquina a Santa Rita, poblado de Regla, en La Habana. En el 2000 la carta fue entregada a Eusebio Leal, historiador de la ciudad. Me imagino pueda ser vista en el Museo de la ciudad, donde también se encuentra el águila de las alas verticales destruida por el ciclón de 1926.

Una vez más, nuestra historia se vincula a Cayo Hueso, pues el acorazado “Maine” y sus marineros estuvieron más de un año radicados en dicho lugar, hasta que el Presidente William McKinley les ordenara viajar a Cuba para demostrar el poderío naval de EE.UU.

Muchos de los sobrevivientes a la explosión sufrieron dolorosas quemaduras y fueron trasladados a Cayo Hueso para ser atendidos en el convento de la “Inmaculada María”. Algunos muertos también fueron devueltos a Cayo Hueso y enterrados en su cementerio. Allí están sus lápidas que recuerdan este hecho.

Hay otros monumentos y memoriales al “Maine” en la ciudades de New York, Arlington, Ohio, Maine, New Jersey…

CUBA EN LA MEMORIA 16.11.2013


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